Este imponente edificio, situado en el corazón de la capital belga, es una obra maestra de la arquitectura del siglo XIX.

Este imponente edificio, situado en el corazón de la capital belga, es una obra maestra de la arquitectura del siglo XIX. Diseñado por el arquitecto Joseph Poelaert, se erige como uno de los mayores edificios de su época en Europa y sigue siendo uno de los más grandes construidos en el mundo durante el siglo XIX. Su construcción, que se extendió desde 1866 hasta 1883, fue un proyecto de magnitud sin precedentes, y su inauguración marcó un hito en la historia de la arquitectura judicial.

La estructura destaca por su estilo ecléctico, con una mezcla de influencias neoclásicas y asirias, lo que le confiere una presencia majestuosa y única. Su fachada está adornada con columnas corintias, estatuas y una cúpula imponente que domina el paisaje urbano. El interior no es menos espectacular, con espaciosas salas, escalinatas monumentales y una decoración opulenta que refleja la importancia del edificio en el ámbito de la justicia.

A lo largo de los años, ha sido escenario de numerosos acontecimientos históricos y ha desempeñado un papel crucial en el sistema judicial del país. A pesar de haber sufrido daños durante las dos guerras mundiales, ha sido cuidadosamente restaurado, conservando su esplendor original y su función como símbolo de la ley y el orden. Su presencia en la ciudad es un recordatorio constante de la importancia de la justicia y la legalidad en una sociedad democrática.