Descubre la ciudad situada entre lagos, un lugar idóneo para deleitarte con un almuerzo.

Ubicada en el corazón de los Alpes suizos, esta pintoresca localidad es conocida por su privilegiada posición entre dos lagos cristalinos, Thun y Brienz, y rodeada de majestuosas montañas. A lo largo de su historia, ha sido un imán para viajeros y aventureros, ofreciendo un paisaje que combina la belleza natural con la hospitalidad tradicional.

Desde sus orígenes, este enclave ha jugado un papel importante como punto de tránsito. En la Edad Media, los monjes de la Abadía de Interlaken establecieron un convento aquí, aprovechando su ubicación estratégica. Con el paso de los siglos, la zona se transformó en un destino turístico, especialmente durante el siglo XIX, cuando la belleza del paisaje alpino comenzó a atraer a visitantes de toda Europa.

La localidad se ha convertido en un centro para numerosas actividades al aire libre, desde caminatas y ciclismo en los meses más cálidos hasta deportes de invierno cuando las cumbres se cubren de nieve. Además, su patrimonio cultural, reflejado en la arquitectura de sus edificios y en las tradiciones que se mantienen vivas, añade un valor inestimable a la experiencia de quienes la visitan.

El desarrollo de la infraestructura turística ha sido clave en su evolución. Los hoteles de estilo Belle Époque y las modernas instalaciones conviven, ofreciendo a los visitantes una amplia gama de opciones para disfrutar de su estancia. La red de ferrocarriles y teleféricos facilita el acceso a las alturas alpinas, permitiendo incluso a los menos aventureros contemplar vistas panorámicas sin igual.

Este lugar, con su mezcla de encanto natural y desarrollo cuidadosamente gestionado, sigue siendo un destino de renombre mundial, atrayendo a aquellos que buscan tanto la tranquilidad de la naturaleza como el pulso de la aventura en las alturas.