Disfruta de un paseo por una hermosa ciudad ubicada en un meandro del río Avon.

Esta ciudad es famosa por sus complejos termales de origen romano, que datan aproximadamente del año 70 d.C. Estas estructuras antiguas se erigieron sobre fuentes de agua caliente natural, las cuales eran veneradas por los pueblos originarios antes de la llegada de los romanos. Con el paso del tiempo, este lugar se convirtió en un centro de socialización y relajación, atrayendo a visitantes de todas partes que buscaban los supuestos beneficios curativos de sus aguas.

Los visitantes pueden admirar la arquitectura clásica que ha sobrevivido a lo largo de los siglos, incluyendo pilares y estatuas que evocan la grandeza del Imperio Romano. Los suelos de mosaico y los artefactos descubiertos durante excavaciones arqueológicas ofrecen un vistazo a la vida cotidiana de aquellos tiempos. Además, el complejo incluye un museo que alberga una colección de objetos encontrados en el sitio, proporcionando un contexto histórico y cultural a la experiencia.

La importancia de este sitio va más allá de su valor histórico y arquitectónico; ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que subraya su relevancia y la necesidad de preservarlo para las generaciones futuras. A lo largo de los años, ha sido cuidadosamente restaurado y mantenido, permitiendo que siga siendo un testimonio de la ingeniería y cultura de una era pasada.