Descubre la historia a cada paso en esta antigua capital, cuna de la cultura sajona y repleta de leyendas.

Esta antigua ciudad, situada en el norte de Inglaterra, es un crisol de historia y patrimonio. Fundada por los romanos en el año 71 d.C. y conocida como Eboracum, fue un importante centro de poder durante el Imperio Romano. Posteriormente, bajo el dominio de los vikingos, recibió el nombre de Jorvik y se convirtió en un próspero mercado y centro social.

La arquitectura medieval de la ciudad es un testimonio de su rica historia, con una de las catedrales góticas más grandes del norte de Europa, iniciada en el siglo XIII, que domina el paisaje urbano. Esta majestuosa edificación es famosa por sus vidrieras, que son algunas de las más extensas y mejor conservadas del mundo.

Además, la ciudad conserva una de las murallas urbanas más completas de Inglaterra, que data de la época medieval. Estas defensas antiguas, junto con las estrechas callejuelas adoquinadas y las estructuras de entramado de madera, transportan a los visitantes a una época pasada. Las influencias de distintas épocas se entrelazan en el tejido urbano, ofreciendo un panorama de la evolución social, política y arquitectónica a lo largo de los siglos.

La ciudad también fue un foco de la revolución ferroviaria en el siglo XIX, lo que contribuyó a su crecimiento y desarrollo económico. Este legado se refleja en la presencia de uno de los museos ferroviarios más importantes y visitados del país.

La combinación de su patrimonio antiguo, su importancia religiosa, su arquitectura distintiva y su relevancia en la historia del transporte, hacen de esta ciudad un lugar de gran interés cultural y turístico.