Descubre una joya medieval en tu viaje, donde podrás pasear y sentirte parte de un cuento de hadas.

Esta pintoresca ciudad, ubicada en el estado alemán de Baviera, es conocida por su bien conservado centro medieval, que parece sacado de un cuento de hadas. Fundada en el siglo XII, esta localidad se convirtió en un importante centro comercial gracias a su ubicación en la intersección de rutas de comercio europeas. Las murallas y torres que aún hoy se mantienen en pie son testigos de su pasado como una fortaleza defensiva. El casco antiguo destaca por sus edificaciones con entramados de madera, calles empedradas y plazas encantadoras. Entre sus edificios más emblemáticos se encuentra el Ayuntamiento, un ejemplo de la arquitectura renacentista, y la iglesia de Santiago, con su impresionante altar tallado por Tilman Riemenschneider, uno de los escultores más famosos de la época tardogótica alemana. Durante la Guerra de los Treinta Años, la ciudad sufrió un asedio que pudo haber terminado en tragedia si no fuera por la conocida leyenda del "Maestro Taponero", quien, según cuenta la historia, salvó la ciudad de la destrucción al beber más de tres litros de vino en un solo trago, ganando así una apuesta propuesta por el general enemigo y evitando el saqueo. A lo largo de los siglos, la ciudad ha conservado su patrimonio arquitectónico y cultural, convirtiéndose en un destino turístico de renombre. Los visitantes pueden recorrer la muralla medieval, que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y el paisaje circundante. Además, el mercado de Navidad es uno de los más tradicionales y encantadores de Alemania, atrayendo a miles de visitantes cada año en busca de artesanías, dulces y el espíritu festivo.