Este emblemático complejo fortificado se erige a orillas del Támesis y ha desempeñado un papel crucial en la historia.

Este emblemático complejo fortificado se erige a orillas del Támesis y ha desempeñado un papel crucial en la historia. Originalmente construido por Guillermo el Conquistador en el siglo XI, su diseño normando tenía como fin simbolizar el poder y la dominación sobre la población. A lo largo de los siglos, ha servido como residencia real, tesorería, menagerie, arsenal, y es conocido por haber sido un lugar de ejecuciones y encarcelamientos.

Dentro de sus muros, se encuentra una colección de joyas de incalculable valor, que incluye las insignias y vestimentas de la coronación utilizadas por la monarquía británica. Estas joyas son custodiadas con gran seguridad y representan una atracción de gran interés para visitantes de todo el mundo. Además, la estructura alberga una serie de cuervos, los cuales, según la leyenda, son esenciales para la supervivencia del complejo; se dice que si los cuervos alguna vez abandonaran, tanto la fortaleza como el reino caerían.

A lo largo de su existencia, ha sido testigo de numerosos eventos históricos y ha sufrido diversas modificaciones y ampliaciones. Su arquitectura es un testimonio de la evolución de las técnicas de fortificación a lo largo de los siglos, y sus gruesos muros y torretas siguen imponiendo respeto y admiración. La historia que resguarda sus pasillos y mazmorras es rica y a menudo sombría, con relatos de prisioneros famosos y cuentos de traición y conspiración.

Este sitio no solo es un monumento a la historia de una nación, sino también un Patrimonio de la Humanidad reconocido por la UNESCO, lo que subraya su importancia cultural y arquitectónica. Su legado como símbolo de poder, custodio de tesoros y testigo de la historia lo convierte en una de las visitas imprescindibles para quienes desean profundizar en el pasado de una de las ciudades más influyentes del mundo.